Lejos del mundo

El proyecto de ley de medios parece haber "desenmascarado" (berreta eufemismo) a los neoliberales de siempre. Atrás parecen haber quedado los ímplicitos, disfraces demócraticos, falacias retóricas y demás yerbas que éstos utiliza(ba)n para marear/desestabilizar a la ciudadanía.
En ese sentido quiero resaltar un texto de opinión que me resultó ejemplar.

¿Esta, aquella o "ninguna" ley de medios?


Por Mariano Grondona

Los legisladores oficialistas, opositores e intermedios debatían minuciosamente cada uno de los artículos de la nueva ley de medios que propone el Poder Ejecutivo cuando el gobernador de Alberto Rodríguez Saá arrojó una piedra en el lago al advertir que el Congreso no está autorizado a sancionar "ninguna" ley de medios. Su fundamento no era otro que el artículo 32 de la Constitución, que reza así: "El Congreso Federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal".

Ningún intérprete razonable de la Constitución podría negar dos cosas. Una, que lo que en el siglo XIX era "la libertad de imprenta", en el siglo XXI se ha convertido, por obvias razones técnicas, en "la libertad de imprenta y audiovisual". La otra, que en este caso la Constitución da un paso más en la defensa de las libertades porque aquí no se limita a defender la libertad de expresión sino que además "prohíbe" directamente cualquier ley, buena o mala, que el Congreso pretenda dictar en esta materia.

Lo cual lleva a esta conclusión insoslayable: que el Congreso, al debatir la ley de medios, está violando abiertamente la Constitución. Lo que más debería llamarnos la atención, entonces, no es que algunos legisladores apoyen, otros se opongan y un tercer sector negocie en torno de un proyecto de ley que "todos" deberían haber detenido por igual en la puerta misma del Congreso por ser el vehículo de un avance del Estado sobre la sociedad expresamente fulminado por los redactores de la Constitución.

Que esta consideración fundamental no haya impedido, lisa y llanamente, el debate, habla a las claras de la "cultura estatista" que se ha instalado entre nosotros. Es como si los argentinos no concibiéramos ya que hay ciertos temas en los cuales no corresponde, sencillamente, que se meta el Estado. Así ha pasado recientemente con otros conceptos como el derecho de propiedad de los productores agropecuarios sobre los granos, la leche o la carne, la santidad de los contratos en el tema del fútbol o los derechos inviolables de los jubilados sobre sus ahorros que violó la estatización de las AFJP.

Es que ya casi no se discute "si" al Estado le está permitido intervenir en estos temas sino "cómo" le convendría hacerlo. Casi inconscientemente, el intervencionismo estatal se ha convertido de este modo en el supuesto habitual de nuestras discusiones. Hasta hace poco tiempo se había aceptado sin embargo el famoso "principio de subsidiaridad" en función del cual el Estado debe intervenir solamente en aquellos casos en que la iniciativa privada prueba ser insuficiente. Hoy parece regir el principio contrario: que, como se supone que el Estado debe intervenir obligadamente, sólo queda por discutir cómo lo hace, lo cual revela una profunda desconfianza en la iniciativa privada pese a que ella ha sido la clave del progreso de los países de punta. Estamos lejos del mundo. Así nos va.


Pobre, nostalgia de la nación ajena tiene este hombre.

Antes era porque la reina k no dialogaba ni consensuaba proyectos, no dejaba participar al Congreso. Ahora que se abre la participación en el Congreso, no van. Bueno creo que es evidente lo que quiere esta gente.

Vayanse a Miami, y dejen funcionar a la demócracia como corresponde, muchachos, son impresentables.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresentable. No digo nada nuevo, pero me vuelvo a sorprender de lo explícito del discurso de la "retroderecha". Realmente me parece una locura que alguien, aunque ese alguien sea Mariano Grondona, se atreva a considerar sagrado el derecho a la propiedad.
Además, si este Congreso viola la Constitución al debatir la ley de medios, ¿qué hizo entonces la última dictadura cuando decretó la Ley de Radiodifusión vigente? Ahh, no, cierto! Ya se la había pasado por el culo!!! Y Marianito no se espanta, no se espantó y no se espantará jamás por todo lo que hizo la dictadura.

Me calenté, jaja. Bueno, mi postura en torno a la Ley está reflejada en mi blog.
Un abrazo!

Pulgoso dijo...

Grondona, lástima que en Economía I no le hayan enseñado que igualar la libertad de impresión a la "libertad" de comercio es una falacia.

"[...]el Estado debe intervenir solamente en aquellos casos en que la iniciativa privada prueba ser insuficiente", afirma el hombre de C5N, lo que nunca se va a atrever a responder con sinceridad es: ¿Insuficiente con respecto a qué?

Saludos

Pulgoso dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=PahzropRbYA&feature=player_embedded

Unknown dijo...

Estimadísimo como lo sé leer de vez en cuando me tomé el atrevimiento de escribir un post porque me banearon el blog por pornógrafo y mentiroso. Eso no significa que ud. me haya inspirado en mi repugnante obrar, pero quizás su espacio me permita hacer terapia bloguera de base.


El Bucanero intentaba amalgamar la política y la pornografía. No escontrará ningún estilo literario en sus posts. Porque el bucanero no transmitía cultura, solo escupía miseria. Por eso el bucanero no hacía proselitismo de derecha ni de izquierda, ya que a la miseria nadie la sigue. El Bucanero era obsceno. No era sutil. El bucanero no solo mentía. También exageraba. Actúaba escondido en las sombras porque no era valiente ni boludo. El Bucanero era repugnante. Vicioso. Pervertido. Robaba limosnas en la Iglesia del Padre Golchesky de Maschwitz. Iba con un gay a los boliches swingers. Interfería la señal de TN y la del Municipio en Escobar. Dormía sobre un colchón donado a los inundados del arroyo Garín. Tenía mas hijos desperdigados por Escobar que el concejal Palau. Compró junto al Secretario de Salud diez mil frascos de off para especular con el dengue, y el triple de barbijos con la gripe porcina. Fumigaba jardines de infantes con glifosato sojero. Es el eslabón perdido de la cadena de la efedrina. El Cartel de Guanajuato sponsoreaba su blog. Era soplón de la policía. Pirata del asfalto y carterista en la 291. Pintaba svásticas y traficaba paco en el baño de la estación. Tenía un desarmadero de autos en Loma Verde y una mina de oro en San Juan. Trucheaba constraseñas de e-mails y pasaba valijas de Venezuela por el puerto de Campana. Es masón, rotario y pedófilo. Adúltero. Corrupto. Ignorante y patotero. Egocéntrico, arrogante, envidioso y socio honorario del ku klux klan. Por todas estas razones su blog fue lógicamente censurado antes de la primavera. Pero si aún así, alguna vez ud. entró en su espacio y se identificó con lo que allí leyó, piense que puede seguir a este pelotudo en: "http://elbucanerodeescobardos.wordpress.com/" Y eso no significa que ud. sea como él.

El post me los sugirió y terminé plagiándolo a un amigo obscenamente hincha de river. Un abrazo.

Anónimo dijo...

LA NUEVA TEORÍA DE GRONDONA-SAA HACE MUCHÍSIMO QUE ES UNA. DESDE QUE SU HIJO MARIANITO ES EMPLEADO DE LOS SAA Y NOVIO DE LA HIJA DEL SENADOR. ES DURO VIVIR EN EL FEUDO DE SAN LUIS!
VMERCEDES

juan bondiola dijo...

Es lamentable que verdaderos charlatanes de feria como Mariano Grondona y Marcos Aguinis, sigan embarrando la cancha con sus sofismas de corto vuelo, y se deba perder el tiempo contestándoles.
Es parte del lavaje de cerebro "liberal" al que nos sometió la educación sarmientina.
Piense que si hubiera sido educado en la astrología durante su temprana infancia, aunque su lógica adulta le muestre la falsedad de esta disciplina, se vería constantemente impelido a discutir con astrólogos ante cada imbecilidad que le propongan, porque adolecería de una suerte de reflejo condicionado.
Estos sujetos, los liberales argentinos, mienten sin ningún escrúpulo, y defienden sus tesis con los métodos con que los abogados defienden a delincuentes en los que ellos mismos no creen.
Se trata de mantener privilegios, de embarrar la cancha, y finalmente, cuando cuadra, de incitar a la toma del poder por sus secuaces armados con la excusa de... mire un poco la historia nuestra y es más de lo mismo.Lo que desalienta es saber que mucha gente, entre tonta y aprovechada, se aprende de memoria estos sofismas y contribuye al daño general.