Convocatoria docente 2010

Adiós Mercedes

Zamba para no morir



Justo venía escuchando mucho este tema.

Dos sonetos

Soneto para los quince minutos de descanso


Ahora que hay descanso y un cigarrillo
en tus labios llora gris tus suspiros.
Ahora que son tus ojos como tiros,
perros buscando a rayos mi apoliyo.
Escribo para derrotar la ausencia,
sangriento ministerio neoliberal
en cuyas manos bien come el animal
y pierde el hombre el pan de su esencia.
Así es de feroz el fuego de tu boca
como un incendio, una privatización
que tirana mi rebelión provoca
disturbios lanzan palabras sin dientes
para que antes de que al trabajo vuelvas
caigan de tu lengua mil presidentes.





Soneto-instructivo-amatorio para usar el Coffe Filter.


Para usar este filtro es necesario

primero que nada, que este desnuda

muy bien depilada si esta peluda

y guarnecida con frutas sus labios.

Luego abra el filtro delicadamente

como intentando abrir el universo.

Entenderá que dios nos es adverso

si esto no le resulta suficiente.

Tocando circularmente su pezón

ahora cargue en el filtro su café

(Sepa que esta marca la usaba Perón).

Localice mis manos mientras tanto

y si el café todavía no se hizo

démosle rienda suelta a nuestro encanto.



Cadáver exquisito con Clarín en mano




El tipito de Clarín peinando con una sincopada tríada los mustios bigotes de tres militares ebrios.
El tipito de Clarín, un falcon y dos marines estadounidenses masturbándose en una pelopincho plateada, llena de cal y eufemismos, donde se suicidan son suicidados los pájaros, tiñéndolo todo de negro.

El tipito de Clarín tocando su propia marcha fúnebre...
El tipito de Clarín ahorcado en una larguísima antena de radio por una delgada cinta verde...

El tipito de Clarín ya ahorcado por una antena verde que da su toque de diana sin nombrarla.
El tipito de Clarín escupido por todas las Dianas que quisieron que se ahorcara en su vehemencia.
El tipito de Clarín siendo una Diana cazadora cazada en su gran burla.
El tipito de Clarín vencido por los parches, por los latidos, por todo lo que tiene que ver con la verdad.




(Crescenzi - Dano)

Lejos del mundo

El proyecto de ley de medios parece haber "desenmascarado" (berreta eufemismo) a los neoliberales de siempre. Atrás parecen haber quedado los ímplicitos, disfraces demócraticos, falacias retóricas y demás yerbas que éstos utiliza(ba)n para marear/desestabilizar a la ciudadanía.
En ese sentido quiero resaltar un texto de opinión que me resultó ejemplar.

¿Esta, aquella o "ninguna" ley de medios?


Por Mariano Grondona

Los legisladores oficialistas, opositores e intermedios debatían minuciosamente cada uno de los artículos de la nueva ley de medios que propone el Poder Ejecutivo cuando el gobernador de Alberto Rodríguez Saá arrojó una piedra en el lago al advertir que el Congreso no está autorizado a sancionar "ninguna" ley de medios. Su fundamento no era otro que el artículo 32 de la Constitución, que reza así: "El Congreso Federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal".

Ningún intérprete razonable de la Constitución podría negar dos cosas. Una, que lo que en el siglo XIX era "la libertad de imprenta", en el siglo XXI se ha convertido, por obvias razones técnicas, en "la libertad de imprenta y audiovisual". La otra, que en este caso la Constitución da un paso más en la defensa de las libertades porque aquí no se limita a defender la libertad de expresión sino que además "prohíbe" directamente cualquier ley, buena o mala, que el Congreso pretenda dictar en esta materia.

Lo cual lleva a esta conclusión insoslayable: que el Congreso, al debatir la ley de medios, está violando abiertamente la Constitución. Lo que más debería llamarnos la atención, entonces, no es que algunos legisladores apoyen, otros se opongan y un tercer sector negocie en torno de un proyecto de ley que "todos" deberían haber detenido por igual en la puerta misma del Congreso por ser el vehículo de un avance del Estado sobre la sociedad expresamente fulminado por los redactores de la Constitución.

Que esta consideración fundamental no haya impedido, lisa y llanamente, el debate, habla a las claras de la "cultura estatista" que se ha instalado entre nosotros. Es como si los argentinos no concibiéramos ya que hay ciertos temas en los cuales no corresponde, sencillamente, que se meta el Estado. Así ha pasado recientemente con otros conceptos como el derecho de propiedad de los productores agropecuarios sobre los granos, la leche o la carne, la santidad de los contratos en el tema del fútbol o los derechos inviolables de los jubilados sobre sus ahorros que violó la estatización de las AFJP.

Es que ya casi no se discute "si" al Estado le está permitido intervenir en estos temas sino "cómo" le convendría hacerlo. Casi inconscientemente, el intervencionismo estatal se ha convertido de este modo en el supuesto habitual de nuestras discusiones. Hasta hace poco tiempo se había aceptado sin embargo el famoso "principio de subsidiaridad" en función del cual el Estado debe intervenir solamente en aquellos casos en que la iniciativa privada prueba ser insuficiente. Hoy parece regir el principio contrario: que, como se supone que el Estado debe intervenir obligadamente, sólo queda por discutir cómo lo hace, lo cual revela una profunda desconfianza en la iniciativa privada pese a que ella ha sido la clave del progreso de los países de punta. Estamos lejos del mundo. Así nos va.


Pobre, nostalgia de la nación ajena tiene este hombre.

Antes era porque la reina k no dialogaba ni consensuaba proyectos, no dejaba participar al Congreso. Ahora que se abre la participación en el Congreso, no van. Bueno creo que es evidente lo que quiere esta gente.

Vayanse a Miami, y dejen funcionar a la demócracia como corresponde, muchachos, son impresentables.


Carta abierta a los voluntarios de Greenpace

“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”, Voltaire.

“El infierno está empedrado de buenas intenciones.”

San Agustín




En primer lugar quería transmitirle de parte de los cartoneros y militantes del MTE nuestra más absoluta solidaridad frente al juicio que se inicia la semana próxima. Nosotros que sufrimos en carne propia persecuciones y represión por luchar por una sociedad sin esclavos ni excluidos, rechazamos cualquier cercenamiento a la libertad de expresión o protesta. Nosotros, pese a que detestamos la hipócrita, xenófoba y vergonzosa posición de Greenpeace en relación a la gestión de residuos en la Ciudad, solicitamos públicamente a la jueza Patricia López Vergara que se abstenga de aplicar penas privativas de la libertad a los voluntarios.

Lamentablemente, los dirigentes de Greenpeace no tuvieron la misma actitud en las reiteradas ocasiones en que cartoneros fueron apaleados salvajemente y apresados por la policía y el Gobierno de la Ciudad. Lamentablemente, los dirigentes de Greenpeace han rehuido el debate con las organizaciones de cartoneros y los que creemos que no puede escindirse la problemática ambiental de la lucha por la justicia social, acallando con su abultado presupuesto la voz de los humildes. Lamentablemente, los dirigentes de Greenpeace han utilizado su poder mediático para engañar a la opinión pública e invisibilizar el enorme trabajo de los cartoneros en pos de la reducción del enterramiento en rellenos sanitarios.

Jóvenes activistas, no se dejen engañar: intereses espurios se están aprovechando de sus buenas intenciones. Greenpeace y sus dirigentes bien remunerados no pelean por la implementación de la Ley Basura Cero; hacen lobby[1] a favor de las empresas trasnacionales de recolección de residuos. No pelean por la reducción del enterramiento sino por imponer una metodología de recolección diferenciada importada que excluye a los cartoneros y les entrega el servicio a sus amigos empresarios. No luchan por un ideal sino por imponer una determinada visión excluyente y defender determinados intereses privilegiados.

Nosotros también peleamos por determinados intereses, pero a diferencia de Greenpeace, los nuestros son explícitos: peleamos por la integración social de los trabajadores cartoneros. Creemos asimismo, y podemos demostrarlo, que el trabajo de los cartoneros es el mejor sistema para alcanzar las metas de la Ley Basura Cero.

Maria Eugenia Testa –que a diferencia de ustedes no pone el cuerpo pero cobra un jugoso sueldo por su conciencia ambiental- no pierde oportunidad de afirmar que lo que Greenpeace reclama es la inclusión de la recolección diferenciada en los pliegos (contratos) entre el Gobierno y las empresas. Es decir, descarta la posibilidad de que este servicio público sea estatal o esté en manos de cooperativas de cartoneros: ¡¿en que manual de ambientalismo neo-malthusiano leyeron que las empresas privadas eran más ecológicas que el Estado o las Cooperativas?!

El dilema se resume en estos términos: se puede implementar un mejor servicio en manos del Estado con participación de los cartoneros, pero Greenpeace hace lobby para que el contrato se lo den a las empresas que desde el 2005 vienen robando millones con el servicio de recolección diferenciada.

Como ustedes saben, en el pasado los gerentes de Greenpeace utilizaron a diversas cooperativas de recuperadores urbanos para realizar propaganda, elogiando su trabajo en pos de la reducción del enterramiento. Los cartoneros creyeron en ellos pero a la hora de discutir los contratos, traicionando su posición anterior, Greenpeace declaró que el trabajo de los recuperadores urbanos era “marginal”[2] y que debía ser eliminado o confinado a los centros de selección (adoptando la postura original del macrismo antes que la lucha de los cartoneros lograra revertirla al menos parcialmente).

Sin embargo, existen 5000 seres humanos que cuando sale la luna –mientras Cali y Testa disfrutan sus remuneraciones ejecutivas en la noche porteña- caminan las calles de la Ciudad levantando residuos reciclables para comercializarlos y alimentar a sus familias. No serán ballenas, no serán pandas, no serán pingüinos, no serán la mejor imagen publicitaria para las campañas de recaudación de fondos dirigidas a la clase media, pero ¿no son también seres vivos que tienen derechos, merecen cuidado, respeto y solidaridad? ¿O estos beneficios quedan circunscriptos al catalogo de especies protegidas por Greenpeace?

Asimismo, para poder justificar su posición pro-empresaria, ocultan dos hechos relevantes:

A partir de la ley basura cero, se firmaron contratos millonarios para realizar la recolección diferenciada con las empresas privadas tal como quería Greenpeace (ver cuadro).
Cantidad reciclada: 812 toneladas recicladas en cuatro años, es decir 1,7 TN por dia.
Costo: 115.600.000 de pesos. [3]

Es decir ¡ante el silencio cómplice de Greenpeace, las empresas NO RECICLABAN pero SI COBRABAN!

Los cartoneros, desde el 2002, recolectan casi 600tn[4] de residuos reciclables por día, es decir, 300 veces mas de los que recolectaron las empresas de higiene urbana en el mismo periodo. A esto se suman unas 50 TN diarias del circuito de grandes generadores implementado en los últimos 8 meses.


Mientras el “circuito marginal” cartonero recicla el 12% de la basura generada en la Ciudad, el carísimo sistema privado formal no llega al 0,05% (periodo 2005-2008). ¡Y Greenpeace en vez de anular el segundo, quiere excluir a los cartoneros! Porque existen dos sistemas: uno privado, con buen marketing y empresarios ricos pero que no sirve para reducir el enterramiento… otro informal, sin glamour, sin recursos, pero que ha demostrado una eficacia superlativa en materia de reciclado.


Nosotros apostamos por formalizar el segundo de los sistemas, habida cuenta que esto representa la vida, los sueños, la dignidad de 5000 familias cartoneros que trabajan en la Ciudad de Buenos Aires. Estamos convencidos que la recolección diferenciada en manos de los cartoneros es un sistema superador en materia ambiental, razonable y socialmente inclusivo, y hasta ahora los hechos nos dan la razón.

Gracias a la lucha de los cartoneros, a través de los programas de inclusión social que conquistamos, hemos logrado avanzar algunos pasos por este camino:

· Casi 200 niños menores de 14 años dejaron de trabajar en el cartoneo junto a sus padres.

· Unos 1800 cartoneros de zona sur dejaron de viajar colgados en camiones destartalados encima de los bolsones de papel. Ahora viajan en colectivo y el material en un camión adecuado a la normativa de transito.

· Unos 1000 cartoneros del ex tren Blanco transportan sus materiales en camiones (fletes) hasta destino mientras viajan normalmente en el tren.

· Unos 1800 cartoneros reciben un complemento en sus ingresos de 370 pesos mensuales, lo que les permite superar la línea de indigencia.

· Unos 1600 están tramitando el monotributo social ante el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación lo que les permitirá acceder a obra social, jubilación y una asignación familiar de 45 pesos por hijo mientras unos 200 ya cuentan con el monotributo normal.

· Unos 2000 cartoneros recibieron uniforme de trabajo y elementos de higiene/seguridad laboral.

· El servicio de recolección en grandes generadores que desarrollan las cooperativas de cartoneros desde hace unos meses recupera 1000tn mensuales de material reciclable.


Estas conquistas –que aun no cumplen ni el 40% de nuestros reclamos y falta que se incorporen al menos 3000 compañeros- no son un regalo de un político, un partido o un Gobierno, es el producto de una larguísima lucha por la justicia social y la integración de los sectores excluidos. Conquistas que son reconocidas y valoradas por diversos actores desde organizaciones piqueteras hasta la Iglesia Católica, desde la CTA hasta la Federación de Obreros Papeleros, desde Vilma Ripoll hasta Emilio Persico, desde la Fundación Che Pibe hasta la Fundación Alameda. ¿Por qué les molesta tanto estas conquistas a Greenpeace?

Los fondos para financiar este programa provienen de la recuperación de partidas que antes se destinaban a la millonaria estafa del anterior sistema privado de recolección diferenciada, estafa que no denunció ni Greenpeace ni el Gobierno, le denunciaron los cartoneros y sus organizaciones[5].

Reciban un abrazo fraterno, abran los ojos y debatamos estos temas abiertamente lejos del fanatismo interesado de dirigentes xenófobos a sueldo; los activistas y militantes comprometidos con la justicia social y los derechos ambientales tenemos la obligación de no convertirnos en un “ejercito de boludos que juntan la latita para reciclar” como dicen las Manos de Filipi, mucho menos al servicio de politiqueros, mercenarios, mentirosos y empresarios corruptos.

Mucha suerte en el juicio, reciban nuestra más absoluta solidaridad y no olviden que:

Con excluidos no hay “Basura 0”
sin cartoneros no hay “Basura 0”…

”Basura 0” SI,
“Exclusión 0” TAMBIEN.




Juan Grabois
Militante (no rentado) del MTE

[1] "Hacer lobby es parte de mi trabajo. Es casi lo más importante"., Villalonga en entrevista a Diario El Pais 20/01/07
[2] Punto 4 del Comunicado Publico del 7/7/08 de Greenpeace Argentina.

[4] Felix Carbonari, ex empleado del Gobierno de la Ciudad y actual encargado de la campaña de residuos de Greenpeace, reconoce en su INFORME SOBRE EL CIRCUITO DEL RECICLADO EN LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES DE 2006, que los cartoneros recuperan 585 tn/dia mientras que la “recolección formal” solo 6 tn/dia. Posteriores informes demostrarían que el volumen de recolección formal era aún menor.

[5] http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-107146-2008-07-03.html

Desde las tripas

No es más que por la indignación apenas dominada y contenida por las limitaciones que la maquina de la realidad impone, que escribimos, actualizando después de mucho tiempo, nuestro abandonado blog, que esperamos, pronto pueda tener una continuidad como espacio.
Desde la última vez que se actualizó hasta hoy, han sucedido numerosas cosas importantísimas que a pesar de merecer opiniones no las hemos materializado aquí, sólo hemos testimoniado algunas similares a las nuestras, desde otros blogs como Mundo Perverso, o Anarko-peronismo. Pero dejando de lado este formal y pacato exordio, decíamos que volvemos a escribir, esta vez, desde las tripas.
Dando por saldadas algunas discusiones, digamos que de la derecha uno se espera siempre lo peor; pero siempre idealizamos a la derecha como un avance de políticas de exclusión desde las instituciones, como un sector que enquistado en el poder público, no ve más allá de sus intereses, y no resuelve nada que no tenga que ver con ellos. “Ahora: es una visión muy ingenua de la derecha” dice un amigo tomando mate con un libro del Che en la mano. En muchos sentidos sí, respondemos nosotros, pero demos por sentado esto por más que sea discutible: desde la vuelta de la democracia la derecha a golpeado (con o sin traición) al pueblo mediante las instituciones que fueron construidas y gestionadas para atender sus necesidades y preservar su futuro.
Bien, vean ustedes cuánto dura la ingenuidad, cómo se desvanecen las observaciones concesivas. Hace un par de semanas fuimos anoticiados por varias cadenas televisivas de la construcción de un muro que separaría la horqueta (San Isidro) de Villa Jardín (San Fernando) a la orden del intendente y muy señor Posee, que luego de defender la edificación del mismo para “proteger a los vecinos de hechos delictivos” se rectificó viendo el amplio repudio mediático y político que recibió su repugnante medida “de seguridad”. Afortunadamente los vecinos de Villa Jardín, con la fuerza democrática que les corresponde, rompieron y dieron sepultura a tan nefasta murallita. Funcionarios de todos los colores salieron a desentenderse públicamente de este tipo de políticas, criticando y repudiando a Posee, que ahora estará solo levantando una pared en el jardín de su casa.
Aplacado el ultraje a la voluntad popular, volveríamos al tópico inicial. Sin embargo, este vuelve a desmoronarse cuando nos enteramos de la existencia de un grupo de tareas dependiente del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la ciudad de Buenos Aires, que no tiene otro objetivo que el de amedrentar con la violencia física a aquellos que solo tienen la libertad de dormir en la calle, aunque la brutalidad de la UCEP les haga saber lo contrario.
Con el tópico de “Recuperemos el Espacio Público” y al amparo de sombras nocturnas, una horda de matones procede a desalojar indigentes a los golpes, amenazando con quemar (sino quemando directamente) los cartones, diarios o demás objetos miserables que serían la más de las veces, el único patrimonio de esta pobre gente.
Si esto no es repudiable de por sí, se tenga el color político que se tenga, tenemos un problema grave que debería alistarse mucho antes que la inseguridad o el dengue.
Este Ministerio no solo no cumple con las tareas que el mandato electoral le asignó, como por ejemplo, el saneamiento del riachuelo, cuya polución contagia o castiga con la enfermedad a millones de personas hacinadas en las villas miseria que lo costean, sino que además sustenta económicamente la violencia directa a los más desamparados, dejándolos gráficamente, sin espacio físico. Nadie diría que la calle es un lugar, una opción para vivir; cuando pensamos que no tenemos dónde caernos muertos nos imaginamos durmiendo en la calle o en una plaza; pero la bestialidad con todos sus matices y el odio en toda su expresión nos obligan a pensar que ni siquiera esa posibilidad existe.
No alcanza con mantener enrejadas las plazas, con desalojar a los cartoneros después de sacarles el tren blanco. “No, eso se hizo a favor de la recuperación del espacio público con absoluta legalidad” nos dice un ferviente joven Pro. Bueno. ¿Y Esto? ¿No sería más legítimo incendiar el Ministerio de Ambiente y Espacio Público o tomarlo para que puedan vivir ahí todos los indigentes desalojados, golpeados, vueltos sus cuerpos en carne despreciable e inhumana por estas instituciones? Insisto, esto va más allá de los colores políticos, tenga el consenso que tenga la derecha estoy seguro de que nadie votó a estos orangutanes para que este grupo de tareas exista; y si alguien así lo hizo o esta de acuerdo con hacerlo, “que se corte un dedo” (Sandro dixit) o se vaya a Europa; en nuestro país la democracia se consiguió con el sudor y nadie hace lugar a esta salvajada propia de señoritos tan civilizadores.
Vale decir que el resultado de denuncias judiciales que se han hecho al respecto es el silencio absoluto de los referentes porteños. Al mismo tiempo que algunos medios (como el gran diario argentino) tienen quizás otras prioridades de tapa. La impunidad se fortalece donde no hay ojos para ver o monopolios mediáticos que hagan de anteojos de sol.
Estaría bueno que los que votaron a Mauricio repiensen un poco las cosas. Que los que dan talleres de ciudadanía no enseñen sólo las cuestiones técnicas (meter la boleta en un sobre y arrojar este en la caja electoral) sino a quién se vota, qué antecedentes políticos tuvo, dónde esta el maquillaje de campaña. Claro que lo ideal seria, en definitiva, nutrir de mayor educación al pueblo, aunque difícilmente esta sea un objetivo de la clase gobernante. Recordemos que los mismos asesores de campaña de Macri dicen: “apuntamos al votante menos instruido”.

Otro día

Hoy, domingo
a cuatrocientos pájaros sobre la noche,
con la resaca de mis manos repetidas
y el naufragio de agonizantes goteras,
quiso mi silencio de arqueadas ojeras
escribir al compás de sus espasmos un poema,
de palabras posesas, de paisajes obscenos,
que ponga al mundo en cuenta, más o menos,
del peligro terrorista más exuberante:
el criminal perfume de su boca núclear, mirándome,
el atentado de exóticos colores que sus ojos sentencian,
la belleza en el misterio blanco de su carne
cual una masacre de mercenarios poetas mediocres
como un suicidio de noticieros encendidos durante la luna.
Asuntos así quiso decir mi domingo
pero alguna injustificable excusa dejó incompleta esta tarea
y preferí dejarlo
para otro día.